Las casitas del barrio alto

Las Casitas del Barrio Alto

(Victor Jara)

 Mientras no visibilicemos a los barrios populares, a los que no se ven, a los barrio que se tapan, a los barrios mios, tuyos y de aquel. Mientras no ocurra eso seguirán existiendo barrios altos, barrios de unos pocos, barrios del poder, barrios de ellos. Por nuestros barrios que se construyen y se reinventan todos los días, desde y para sus gentes sin miedos, desde su lucha, desde su vida, desde su esperanza popular. Para esos barrios donde sus casitas son de todos y todas y no de unos pocos. Donde no se tiene miedo porque no se tiene casi nada, porque lo poco que tenemos se nos quita. Porque mientras existan barrios altos, sus barrios, siempre tendrán en frente a los barrios de todos y de todas, a nuestros barrios combativos. Que lo sepan.

Las casitas del barrio alto
con rejas y antejardín,
una preciosa entrada de autos
esperando un Peugeot.

Hay rosadas, verdecitas,
blanquitas y celestitas,
las casitas del barrio alto
todas hechas con recipol.

Y las gentes de las casitas
se sonríen y se visitan.
Van juntitos al supermarket
y todos tienen un televisor.

Hay dentistas, comerciantes,
latifundistas y traficantes,
abogados y rentistas
y todos visten polycron.
(y todos triunfan con prolén)

Juegan bridge, toman martini-dry
y los niños son rubiecitos
y con otros rubiecitos
van juntitos al colegio high.

Y el hijito de su papi
luego va a la universidad
comenzando su problemática
y la intríngulis social.

Fuma pitillos en Austin mini,
juega con bombas y con política,
asesina generales,
y es un gángster de la sedición.